En los años sesenta, el Sr. PLA de Gerona, fue el único que, junto a un grupo de amigos, estuvieron jugando al juego de la guerra, llamado “KRIESPIEL“, de época Napoleónica. Aquí en Barcelona no empezamos a practicarlo hasta los años setenta, gracias a mi amigo J.PORTAVELLA, que lo explica así:
La historia del KRIESPIEL en Barcelona es la siguiente:
Los hexágonos nos los regaló el Sr. Pla a Pere Isérn y a mí, creo que en otoño del 1971 (los hexágonos son unas piezas de distinto color, que encajan entre sí formando el terreno con elevaciones, como se puede ver en las fotos de las entradas anteriores).
Los montamos en casa de mí amigo, y jugábamos con figuras de plástico EKO, pues no se podían conseguir figuras de plomo.
En el verano de 1971, el Sr. PLA nos presentó, en Caldas de Malavella, a Jesús Pérez Arias como la solución para tener figuras de plomo fundidas de una pieza.
Le compré las primeras figuras y, en la Navidad de 1.973, me rompí una pierna y me puse a pintar los primeros prusianos.
Pero ya desde la vuelta del verano de 1.971 Jesús Pérez Arias inicio una actividad promotora del Kriegspiel con sus figuras para poder venderlas y, entre otras cosas, nos pidió montar los exágonos y hacer una partida de demostración en el Salón de la Infancia y de la Juventud, en Montjuich, en la primavera de 1.972 .
En 1.973 y 1.974 seguíamos jugando en el suelo, hasta que por fin, en el otoño de 1.974, mi tío jesuita, nos consiguió la “casa de la muerta“. Era una casita en la calle Amigant, junto al Colegio de san Ignacio, pero fuera de este. Realmente la gracia de esta casa es que, por detrás, se comunicaba con la residencia de los jesuitas. Como la inquilina había muerto hacía poco, mi tío me ofreció usar la casita mientras decidían que hacer con ella. Era por unos meses pero tuvimos suerte y se alargó tres años.
Hasta aquí, la carta de Joaquín Portavella. Lo que yo recuerdo, muy bien, es que Andreu Baget me comentó que había un grupo de muchachos que se reunían en una casita de la Bonanova y que le habían invitado para ver sus partidas. Fuimos Andrés y yo, y allí conocí a Joaquín y a sus amigos.
El KRIEGSPIEL que tenían montado, con hexágonos de color me trajo a la memoria aquel Ajedrez Militar que yo había sacado de la Biblioteca de Catalunya y, naturalmente, tuve interés en jugar. Como conocía a Jesús Pérez Arias de la Agrupación de Miniaturistas, le fui comprando las figuras y me pinté un ejército napoleónico de 15mm para jugar con ellos.
SEGUIRA.............
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Recuerdo perfectamente los prusianos de Joaquín Portabella con sus oscuros uniformes y sus chacós con penachos...eran preciosos.
ResponderEliminarLas primeras figuras en plomo en 20mm que se utilizaron para el Kriegspiel en Caldas de Malavella fueron de Alymer.Joaquín Pla -mi padre- organizó dos cajas completas,una del Ejército de Napoleón y otra de tropas españolas de 1808.Las figuras eran maravillosas...lanceros polacos,coraceros españoles,dragones de Almansa,granaderos de la Guardia, artillería,ingenieros , estado mayor...Caja ejército se componía de 5 regimientos de infantería con dos batallones de a cuatro compañías,tres regimientos de caballería cada uno compuesto de tres escuadrones y dos baterías de artillería completas.El problema de las figuras de Alymer era su fragilidad (se partían por las piernas al sacarlas de las plaquetas).Por este motivo se le pidió a Pérez Arias que las fabricase de una manera más robusta,decorándolas su mujer magistralmente.Yo jugaba con las tropas francesas y contaba con un regimiento suizo,uno de Infantería de linea,cazadores,granaderos de la Guardia y reg de Neuchâtel.
Joaquín Portabella era un gran estratega y solía dar palizas a todos incluido a mi padre.Recuerdo con nostalgia esos campeonatos veraniegos de Kriegspiel en Can Rufí.
La sala donde jugábamos tenía un enorme cuadro con las láminas de la Boda Real de Alfonso XII con aquellas suntuosas carrozas y sus escuadrones de la escolta Real y de los húsares de la Princesa.También habían grabados originales de la Artillería de la Guardia Real en el siglo XVIII asi como un largo mueble librería repleto de figuras de Almirall de la primera época en 54 mm abarcando todos los períodos de la Historia militar de España.En el centro y ocupando la mayoría del espacio de la sala estaba la robusta mesa de juego montada con exágonos de madera entintados en diferentes tonos pardos según la cota que debían representar.El aspecto antes de empezar la batalla era imponente.
Mi padre y Joaquín Portabella solían hacer partidas "menores" en una habitación contigua decorada con figuras de Ortelli con el juego de la Reconquista editado por Pla Dalmau en los años 70.