miércoles, 1 de diciembre de 2010

YO ERA UN NIÑO SOLITARIO QUE AMABA LOS LIBROS


EL DIA DE MI PRIMERA COMUNION,(1943 )





Nací en Pueblo Seco, a los pies  de la montaña de Montjuich, en un piso grande y soleado. Mi padre era  oficial artesano de marroquinería, encargado  de  taller  en  CASA  BERNADAS, donde también trabajaba mi madre de oficiala. Mi madre se educó en un colegio  de  monjas en Sarrià (las Salesianas ), entre niñas de familias ricas, porque su tía era una monja influyente en aquel colegio. Creo que esto marcó  mucho en su carácter.


                        UN DIA FELIZ,en el campo, antes de la guerra en 1935.

Con la GUERRA CIVIL  todas las ilusiones  de futuro, desaparecieron. Y,  viendo  mi padre  que a poco lo llamarían  al frente, dejando una mujer sola y sin recursos,  se  empleó en la COMPAÑÍA de TRANVIAS de BARCELONA, porque si tenía que marchar a la guerra, su mujer  tendría  un  puesto asegurado. También decidieron irse a un piso más  pequeño y económico mientras durase  el  conflicto, que no podía ser  muy largo. Fuimos a parar a la  calle de SAN GIL, una  calle  corta que  daba  a  la  RONDA  de  SAN ANTONIO. No conocíamos a nadie,  y  mi  madre, con su carácter serio  y reservado tampoco lo intentó.

Cuando empezaron los  intensos bombardeos en BARCELONA, las bombas  nos caían alrededor. Yo tenía  tres años y aun recuerdo el miedo  que pasábamos. Mi madre ,con ingenuidad, hacía la cama para dormir debajo de la mesa pensando que nos daría cobijo si nos caía  alguna de las bombas encima.

Mi amigo Miguel Angel preparó este video sobre los bombardeos en Barcelona:

Y  la bomba cayó, cayó al  lado,  en la plaza del  Peso de la Paja. Hundió un edificio de cuatro plantas y  mató infinidad de personas. Total que nos  fuimos  a casa de mi abuela,  donde pasamos el resto  de la guerra esperando la vuelta de mi padre. Pero nunca volvió, nunca supimos que le había pasado.


Ya de mayor, mi abuela me contó que  un  compañero de su unidad, que estaba herido y al  que dieron por muerto, vio como los moros los acuchillaban a todos, sin coger prisioneros, y  a mi padre, que era suboficial,  fue al  primero que mataron.
Al  terminar la guerra, nos volvimos a la calle de SAN GIL. A los cuatro años ya sabia leer pues  mi  tía  DOLORES, hermana de mi padre que nos visitaba frecuentemente, me enseñó  ante mi insistencia en conocer las letras  de las cartas y dibujos que  mi padre mandaba para su  “ALFONSET”(las cuales guardo  aun como un tesoro)..
Con nosotros se vino a vivir  la tía IRENE  hermana  de mi abuela, una buena persona ,pero beata hasta la médula. Siempre  estaba  en misa o rezando. Ella fue  la que, “para bien del niño”, me metió  en el colegio de la parroquia del  CARMEN. 





Allí nos enseñaban ,religión ,religión y  religión. De propina, también  los cantos del régimen (cara al sol y  otros).  También   algo de  gramatica,  y aritmética ,  pero sin  pasarse… Recuerdo  por ejemplo  la HISTORIA SAGRADA y la  HISTORIA de  ESPAÑA, donde  se glorificaban las gestas del CID y las glorias de la ESPAÑA IMPERIAL. Nuestro  profesor, un Sr.  llamado IZAGUIRRE (pues por aquel tiempo los maestros  catalanes estaban ,desaparecidos), tenía una clase de  cincuenta niños, a los que guiaba por el camino  de la disciplina a base de castigos  y unas hermosas varas de fresno que escogía meticulosamente  para que cimbrearan dolorosamente en nuestras cabezas. Tambíén había  la modalidad del palmetazo, que repartía caprichosamente en tandas de veinticinco o cincuenta  según el día. Con este panorama, no os extrañen mis pocos deseos  de asistir a clase.  Mi madre me dejaba a las ocho de la mañana  en la puerta del  colegio, y me  pasaba una hora esperando que abrieran , pensando si  valía la pena  subir a las clases, como al Pinocho del que  era un gran lector, y a veces  caía en la tentación  de irme a la biblioteca  Juvenil de la Santa Cruz donde era  feliz leyendo  cuentos infantiles. También  me gustaban las biografías ,allí encontré una maravillosa enciclopedia  ilustrada (UNIVERSITAS ,enciclopedia de  iniciación cultural.  SALVAT EDITORES. S A.) que fue mi mejor maestro. Era amena, con ilustraciones en color de cosas desconocidas para mi, te  lo contaba todo sobre  cualquier tema. La leía  con verdadero interés y la conseguí  años después.
Cuando volvía de colegio, la abuelita  del portal enfrente de mi piso tenía orden de encerrarme en  casa hasta que viniera mi madre, para evitar me fuera a la calle a juntarme  con los pilletes que jugaban, corrían y se peleaban entre sí. La verdad es que el ambiente era bastante malo,  los chiquillos  formaban   pandillas que se peleaban  a pedradas unos contra otros. Otras veces iban a robar cosas en las tiendas del barrio y hacían mil perrerías,
El resultado era que  me pasaba muchas horas sólo  en el piso, leyendo  los libros que me traía de la pequeña  biblioteca que mi tío Enrique acumulaba en casa de mi abuela. Lo  leía todo; desde  las  novelas policiacas o las memorias de Alejandro Dumas, a las obras  completas  de BLASCO IBAÑEZ.  También los libros de  ajedrez  de  PHILIDOR  ( con los que mi tío me enseño a jugar) o una   terrorífica   obra  (de seis  u ocho  volúmenes) sobre divulgación  sexual,,   escrita  por  el  Dr.  A.MARTIN DE  LUCENAY   en 1933, donde hablaba  de las costumbres, aberraciones y enfermedades venéreas  de los pueblos, con unas laminas  descriptivas muy   detalladas  que te ponían los pelos de punta.

Más  adelante  , frecuentaba  los  domingos   por   la  mañana   los conocidos   encantes  del  MERCADO de SAN ANTONIO, verdadera  biblioteca de oportunidades  para encontrar  revistas y  libros  antiguos ,donde me dejaba  mis  ahorros. 

          SEGUIRA........................................


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