HISTORIA DE CATALUNYA (VI) Colección de cromos de 1932

Destrucción de la torre Boatella.- Conseguida la rendición de Mallorca, se emprendió la conquista de Valencia, a cuyas puertas llegaron los catalanes luchando con coraje. Habiendo caído muerto en la pelea Guillem de Entensa, quedaron los nuestros muy desanimados; al punto que D.Jaime les hizo jurar no volver a sus tierras hasta haber logrado su conquista. Habiéndose apoderado los almogávares  de Rusafa en contra de sus ordenes, juntamente con otros hechos insólitos, motivaron que perdiera la prudencia, recibiendo una flecha en la cabeza sin mostrar el mas pequeño dolor, y que no le impidió poder asistir a la destrucción de la torre Boatella, en la cual murieron quemados todos los moros valencianos que la defendían.

D.Pere hace saber a su padre que a sido vencedor.- Estando ya  D.Jaime viejo y enfermo, se enteró del desastre de Luchente. haciéndose llevar al campo de batalla en una litera, con tal de terminar su vida luchando. Mientras, su hijo D.Pere, volvía lleno de gloria depués de derrotar a los moros. Emocionado en gran manera al ver a su padre en aquel estado, fue a besar el  rostro de aquel venerable anciano, delante de la pena y la consternación de todo su ejército .

Rendición de Montesa.- Pedro II el grande , fue activando el exterminio de los moros valencianos, los cuales, desde Montesa, llevaban el pánico a los distritos vecinos. Solo el valor de los almogávares los pudo sacar de Montesa, considerada como inexpugnable. Estos, a pesar de una lluvia de piedras, se apoderaron de un monte cercano, logrando la rendición de la villa defendida por mas de 30.000 guerreros.

Gran batalla naval.- Sabiendo Roger de Lluria que una flota provenzal navegaba en aguas de Malta, acudió presuroso a destruirla. Pero antes, les mando un aviso a los almirantes contrarios, para que se  preparasen a defenderse. No gustava al de Lluría obtener victorias por sorpresa, pues las ganaba con su pericia y su valor y, llegados al abordaje, luchaba personalmente. Solo 8 galeras provenzales pudieron huir, medio deshechas, llevándose las restantes presas a Mesina.